Había que aprovechar la oportunidad de recorrer en bici el Segundo Cinturón y, la verdad, ha merecido la pena. Los 17 txalupas que nos hemos acercado a Astigarraga para desde allí recorrer este nuevo vial que se inaugurará al tráfico el próximo día 25, hemos disfrutado del día. Y como nosotros, otros muchos y muchos txirrindularis que también han querido conocer el nuevo trazado.
Como digo, hemos optado por entrar a esta nueva infraestructura viaria por uno de los accesos habilitados al efecto: el que se encontraba en el Camino Okendotegi. Nos hemos dirigido hacia el Oeste para llegarnos, en continua pero suave pendiente, hasta cerca del enlace que esta nueva ruta tiene con la A-8 en Aritzeta.
Tras la foto de familia de rigor, media vuelta y desandamos el camino, esta vez en agradable cuesta abajo. Así hemos conocido, antes de que esté lleno de coches, el viaducto del Urumea, el más largo de la red viaria de Euskadi, con una longitud de mil metros y sustentado sobre 37 pilas de 22 metros de altura.
Enseguida hemos llegado a los túneles de Txoritokieta, en la zona próxima a Perurena, para, en pocos kilómetros mas, pasar cerca del polígono Masti-Loidi y llegar al enlace con Errenteria y la incorporación nuevamente con la A-8, dirección Irún.
Retornamos al punto de inicio en amigable cháchara (a ritmo de Verano Azul, disfrutando de las vistas y del paisaje) y abandonamos este nuevo tramo vial por el mismo punto en el que hemos entrado.
La desgracia del día ha venido cerca de Martu, cuando, no sé quien ha sido, ha roto la bici. El equipo médico habitual le ha hecho un apaño, y creo que ha conseguido llegar a puerto.
Esto me recuerda que Pablo y Alfonsito hoy han estrenado bici:
¡Que la rompan con salud!
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