A las 8:30 pasadas, 17 txalupas hemos empredido la marcha. En este grupo se han visto a varios que llevaban la equipación que se recibió hace unos días. Como veréis en la foto de familia, había 12 con la equipación oficial, lo que representa el 70% de los que hoy han formado este pelotón.
Hasta el bidegorri entre Hernani y Urnieta hemos seguido la ruta programada saliendo por Egia y pasando por Loiola en fiestas (con los consabidos ánimos de los que han hecho gaupasa). Pero antes de terminar este bidegorri, hemos tomado una pista a la derecha que, pasando bajo las vías del tren, nos ha llevado a la carretera Hernani-Urnieta para coger luego el cruce a la derecha y recorrer unos pocos metros esta carretera que es la que va a Lasarte. Nosotros hemos ido por el camino que transcurre entre unas sidrerías para subir luego al cruce donde a la izquierda se va a la sidrería Elutxeta y a la derecha se sube la dura cuesta de cemento que lleva a la ermita de Santa Bárbara, donde hoy celebran una importante romería.
Desde aquí hemos bajado a Lasarte, pasando por el cementerio. En Oria hemos tomado la carretera que pasa por el hipódromo, para seguir luego hasta Zubieta. Aquí nos hemos encontrado que empezaban a asar unos corderos.
Todavía con la envidia del atracón que nos podíamos pegar con estas viandas hemos seguido nuestro camino hasta Usurbil. A la salida del pueblo dirección Aginaga, cogemos una pista que, con unos porcentajes de desnivel durísimos, nos deja en la sidrería Arratzain.
La ruta continúa pasando sobre la autopista por el puente que está junto al refugio de animales y subimos (otra cuesta que se las trae...) hasta la carretera de Igeldo.
Bajamos por el camino de Santiago hasta Ondarreta, pasando por Erregenea, y a casita, no sin antes disfrutar con la contemplación de nuestra maravillosa bahía. Daban las doce en la iglesia de la Sagrada Familia cuando llego a la puerta del trastero después de una jornada muy bonita, aunque dura en su última parte, propiciada por la mente de nuestro insigne caudillo: Enrique.
Desde aquí hemos bajado a Lasarte, pasando por el cementerio. En Oria hemos tomado la carretera que pasa por el hipódromo, para seguir luego hasta Zubieta. Aquí nos hemos encontrado que empezaban a asar unos corderos.
Todavía con la envidia del atracón que nos podíamos pegar con estas viandas hemos seguido nuestro camino hasta Usurbil. A la salida del pueblo dirección Aginaga, cogemos una pista que, con unos porcentajes de desnivel durísimos, nos deja en la sidrería Arratzain.
La ruta continúa pasando sobre la autopista por el puente que está junto al refugio de animales y subimos (otra cuesta que se las trae...) hasta la carretera de Igeldo.
Bajamos por el camino de Santiago hasta Ondarreta, pasando por Erregenea, y a casita, no sin antes disfrutar con la contemplación de nuestra maravillosa bahía. Daban las doce en la iglesia de la Sagrada Familia cuando llego a la puerta del trastero después de una jornada muy bonita, aunque dura en su última parte, propiciada por la mente de nuestro insigne caudillo: Enrique.