Nos bajamos 8 txalupas del tren a eso de las 8 de la mañana en Anoeta. Aún no ha amanecido pero el cielo nos dejar ver un claro y la cumbre nevada del Uzturre, ¿aguantará sin llover? Enseguida vemos acercarse otro ciclista a la estación, sin duda es Angel, que ha optado por acercarse en coche a Anoeta.
Comenzamos nuestro ascenso hacia Hernialde, esta vez por carretera ya que el atajo por el que nos llevó Iñaki la última vez estará en muy mal estado. Llegamos a Hernialde cuando la luz del día ya se ha impuesto a la noche. Aquí comienza nuestro camino por monte, el monte está embarrado por la lluvia caída las últimas semanas pero al menos no llueve.
Enseguida, nuestro gozo en un pozo, se pone a llover. Paradita técnica para ponernos una capa impermeable y para adelante. Según vamos subiendo la lluvia se va convirtiendo en agua-nieve. Llegamos al punto crítico, Iñaki nos comenta dónde está el desvío al puente que la última vez no pudimos encontrar.
¡Ojo con el desvío para bajar al puente! Alguno lo ha comparado con alguna prueba del conquis! El acceso era complicado, igual que cruzar el rio e igual que la subida que seguía al rio. Al final llegamos a una pista que nos lleva a Urkizu. Para cuando llegamos a este barrio el agua-nieve ya es nieve que empieza a cuajar tanto en el monte como en la carretera.
Seguimos hacia la Antena que corona el monte Urkizu. Para cuando llegamos todos tenemos una buena capa de nieve en el caso, la carretera está cubierta de un manto de nieve y nuestras bicis son más blancas de lo normal.
Seguimos adelante por preciosos parajes nevados, solo la sensación de rodar con este manto y las vistas ya hacen merecer la pena el madrugón. Tras unos divertidísimos descensos llegamos a la rampa que nos lleva a las campas de Zelatun. Decir que esta rampa es dura y larga es quedarse corto, muy corto. Pues sumemosle nieve y hielo...Cerca de la cima, Angel nos deja porque tiene prisa y el resto discutimos si merece la pena llegar arriba. La niebla está cerrandose, el viento aumenta y eso hace que empecemos a pensar en si es prudente seguir. Subiremos a la cima y valoraremos.
Una vez arriba la sorpresa es que la borda está abierta, cosa que la mayoría aprovechan para tomar algo. Los que nos quedamos fuera vemos lo mal que está el tiempo, niebla cerrada y pequeñas ventiscas. Sería una imprudencia seguir con la ruta establecida así que tocar bajar por donde subimos.
Aquí empieza el sufrimiento. La bajada está complicada pero lo peor es el frio. No sentimos los dedos y el frio se nos incrusta en todo el cuerpo, da igual la ropa que lleves. Cuando llegamos a la carretera y toca subir la cosa mejora. El esfuerzo físico nos ayuda a entrar en calor hasta que una vez coronado el puerto de Bidania toca bajar a Tolosa. Aquí no solo es el frio si no que también nos acompaña un txaparron que casi no nos deja ver. A título personal, nunca había sufrido tanto bajando y tampoco había deseado con tantas ganas que la cuesta acabase.
Una vez en Tolosa vemos que se nos ha escapado el tren. Iñaki Amara decide volver pedaleando mientras que los demás, muertos de frio, optamos por esperar en la estación de Tolosa al siguiente tren.
Lo que ha ocurrido en la estación de Tolosa, más concretamente en el baño de mujeres, mejor nos lo guardamos en "petit comite".
Al final hacia las 14:45 en casa, aún con frio. Hemos sufrido mucho pero ahora, ya calentito, me quedo con la estampa y el disfrute de rodar con nieve.
Como siempre en sus rutas, un 10 para Iñaki.