Teníamos unos fresquitos 17-18º a la hora de la salida, alcanzando los 29-30º al mediodía. Unos cuantos txalupas se fueron a Elgoibar a formar parte de la Marcha BTT Debabarrena.
En el punto de salida estábamos otros 22. Y ya nada mas salir se fueron por un lado el equipo A (hacia la rejilla de Arano, creo) y el equipo Z (hacia Astigarraga).
Y aquí comenzó la demostración por parte de Enrique del conocimiento que tiene de los senderos y rutas. Nos metió por Astondo bidea, una dura pendiente, de hormigón en su primera parte, y de pista de tierra después, que nos condujo (con muchos sudores) hasta las proximidades de la ermita de Santiagomendi. No hicimos cima y continuamos hasta el restaurante Mugaritz.
Tras un corto recorrido por la carretera, nos llegamos hasta el área recreativa de Listorreta. Nos avituallamos de agua y bajamos hasta cerca de cuevas de Landarbaso, para luego subir camino del picadero de caballos. A la altura del caserío con los perros super ladradores, nos giramos a la derecha para, tras un descenso por una pista destrozada por culpa de la tala de pinos, llegarnos hasta un área de picnic, con borda, mesas y una fuente. Aquí ocurrió una desgraciada caída (esperemos que sin mayores consecuencias) y continuamos el descenso por senderos que Enrique se sacaba de la manga. Pasamos junto a la piedra de Delfín, y alcanzamos la carretera de Goizueta-Hernani a la altura de ascensores Orona.
Y de aquí cada mochuelo a su olivo: unos hacia Intxaurrondo, otros hacia Gros y otros hacia Amara.
Hoy no había salida con los amigotes sino con la familia en pleno (dos abuelas, el aita y la ama, cuatro hijos, una nuera y un nieto). Tomamos un pintxo (brocheta de langostinos y cerveza Mahou negra) en una cafetería del bule. Y luego comida en un conocido restaurante de la Parte Vieja.