Hemos salido unos 19 txalupas, los que no le hemos tenido miedo a la posible lluvia, ni al fresquito mañanero (11º marcaban los termómetros a las 8:30).
Seguimos la ruta marcada que nos llevaba, por la Nacional I, hasta Errenteria. Y de aquí, en parte por el bidegorri de Arditurri, hasta el barrio de Karrika. Donde, ¡oh, sorpresa! tomamos un nuevo recorrido. En vez de torcer a la izquierda antes de llegar al frontón, seguimos de frente por una pista que nos dicen que es mas tendida y que llega al mismo sitio que la dura subida de cemento conocida.
Este camino sigue parelelo a la erreka Karrika.
Y pasa cerca de un viejo y abandonado molino (al fondo de la foto)
La primera parte de este trazado es tendido, y pasa junto a un bonito puente de piedra
Vemos el mismo puente desde otra perspectiva
Al poco rato, nos topamos con un túnel, que tiene toda la pinta de ser un vestigio del viejo trazado que llevaba el mineral desde las minas de hierro de Zorrola (en el barrio oiartzuarra de Karrika) hasta la estación de Errenteria, donde enlazaba con el Ferrocarril del Norte.
Seguimos la ruta marcada que nos llevaba, por la Nacional I, hasta Errenteria. Y de aquí, en parte por el bidegorri de Arditurri, hasta el barrio de Karrika. Donde, ¡oh, sorpresa! tomamos un nuevo recorrido. En vez de torcer a la izquierda antes de llegar al frontón, seguimos de frente por una pista que nos dicen que es mas tendida y que llega al mismo sitio que la dura subida de cemento conocida.
Este camino sigue parelelo a la erreka Karrika.
Y pasa cerca de un viejo y abandonado molino (al fondo de la foto)
La primera parte de este trazado es tendido, y pasa junto a un bonito puente de piedra
Vemos el mismo puente desde otra perspectiva
Al poco rato, nos topamos con un túnel, que tiene toda la pinta de ser un vestigio del viejo trazado que llevaba el mineral desde las minas de hierro de Zorrola (en el barrio oiartzuarra de Karrika) hasta la estación de Errenteria, donde enlazaba con el Ferrocarril del Norte.
Yo me he vuelto cuando la pista se ha empezado a empinar. Me ha acompañado Alejandro en el regreso. Quien por cierto corrió el pasado domingo una marcha BTT en Benavente, luciendo el precioso maillot de nuestro grupo.
Y llego a Donosti sobre las once menos diez con suficiente tiempo para visitar a mi madre y saludarle especialmente en el día de la madre. A continuación, ducha y aperitivo dominguero en Astigarraga. Pero esa es otra historia.
1 comentario:
Me despierto,,,11 de la mañana, mis oídos se agudizan,,,llueve, quiero levantarme a ver si es verdad que llueve!!!y La cama me abraza tan fuerte que me fundo y ya no se que paso,,,hasta las 2 de la tarde jajjajajjaja luego paella jajjaja.y a las 4 en el sofá de ksa tomando cremoso kpuchino con mi amada.
Un saludo txikos.
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