La crónica, por Sparrow
Ahí va
"Salimos 35 txalupas con guantes de invierno y bufs que cubrían cuello y boca para hacer frente a los tres grados con los que se despertaba la fría pero soleada mañana. Tomamos dirección Lezo donde acometemos la subida por la placita, no sin imprevistos, ya que el grupo se había desperdigado, a pesar de la alta tecnología de los walkis con la que vamos equipados. Gracias a Mariano que hizo las veces de pastor y terminó por juntar el rebaño.
En la subida de cemento, los eléctricos nos van apartando cual estorbos. Vamos enlazando caminos mojados, piedra resbaladiza, barro, más barro y otra vez barro.
Subimos hasta el gran cruce por la derecha. En la bajada abro toda la suspensión de gas, abro hasta el gas ciudad y bajo pasando, ahora sí, a eléctricos y no eléctricos hasta que empieza la ascensión. ¡Qué sensación!
Subimos hasta Guadalupe: descanso, avituallamiento, nueva propuesta y cambio de ruta. Nos dividimos: unos al faro, otros, carretera hasta Justiz; otros, los más valientes y endureros, por pista complicada. Nos volvemos a ver las caras en el barco hundido donde aprovechamos la maravillosa estampa para inmortalizar ese momentazo con unas instantáneas.
Continuamos por el camino de costa, bello a la par que complicado. Nos enfrentamos a dos pasos malos que resultan menos dificultosos por ser de bajada. Llegamos a un cruce que tomamos a la derecha: subida por pista más o menos cómoda que acaba en cemento en el parque de Guadalupe.
Hacemos el camino de vuelta por la pista del cortafuegos que disfrutamos doblemente por esa alfombra de piedras que nos hace botar. Nueva intersección y nueva disyuntiva: ¿bajamos o subimos? Nadie quiere subir. Nos volvemos a separar, unos por lo civilizado, otros por senderos embarrados, al punto del bloqueo de rueda delantera, pero bien. Llegamos a Lezo y reponemos sales en el Dani de Pasajes. Esta vez con tiempo. Cambio de impresiones y a casa.
No averías; incidentes, varios sin importancia.
Saludos Sparrow" con inteligencia artificial.
"Salimos 35 txalupas con guantes de invierno y bufs que cubrían cuello y boca para hacer frente a los tres grados con los que se despertaba la fría pero soleada mañana. Tomamos dirección Lezo donde acometemos la subida por la placita, no sin imprevistos, ya que el grupo se había desperdigado, a pesar de la alta tecnología de los walkis con la que vamos equipados. Gracias a Mariano que hizo las veces de pastor y terminó por juntar el rebaño.
En la subida de cemento, los eléctricos nos van apartando cual estorbos. Vamos enlazando caminos mojados, piedra resbaladiza, barro, más barro y otra vez barro.
Subimos hasta el gran cruce por la derecha. En la bajada abro toda la suspensión de gas, abro hasta el gas ciudad y bajo pasando, ahora sí, a eléctricos y no eléctricos hasta que empieza la ascensión. ¡Qué sensación!
Subimos hasta Guadalupe: descanso, avituallamiento, nueva propuesta y cambio de ruta. Nos dividimos: unos al faro, otros, carretera hasta Justiz; otros, los más valientes y endureros, por pista complicada. Nos volvemos a ver las caras en el barco hundido donde aprovechamos la maravillosa estampa para inmortalizar ese momentazo con unas instantáneas.
Continuamos por el camino de costa, bello a la par que complicado. Nos enfrentamos a dos pasos malos que resultan menos dificultosos por ser de bajada. Llegamos a un cruce que tomamos a la derecha: subida por pista más o menos cómoda que acaba en cemento en el parque de Guadalupe.
Hacemos el camino de vuelta por la pista del cortafuegos que disfrutamos doblemente por esa alfombra de piedras que nos hace botar. Nueva intersección y nueva disyuntiva: ¿bajamos o subimos? Nadie quiere subir. Nos volvemos a separar, unos por lo civilizado, otros por senderos embarrados, al punto del bloqueo de rueda delantera, pero bien. Llegamos a Lezo y reponemos sales en el Dani de Pasajes. Esta vez con tiempo. Cambio de impresiones y a casa.
No averías; incidentes, varios sin importancia.
Saludos Sparrow" con inteligencia artificial.
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Ahí va
"Salimos 35 txalupas con guantes de invierno y bufs que cubrían cuello y boca para hacer frente a los tres grados con los que se despertaba la fría pero soleada mañana. Tomamos dirección Lezo donde acometemos la subida por la placita, no sin imprevistos, ya que el grupo se había desperdigado, a pesar de la alta tecnología de los walkis con la que vamos equipados. Gracias a Mariano que hizo las veces de pastor y terminó por juntar el rebaño.
En la subida de cemento, los eléctricos nos van apartando cual estorbos. Vamos enlazando caminos mojados, piedra resbaladiza, barro, más barro y otra vez barro.
Subimos hasta el gran cruce por la derecha. En la bajada abro toda la suspensión de gas, abro hasta el gas ciudad y bajo pasando, ahora sí, a eléctricos y no eléctricos hasta que empieza la ascensión. ¡Qué sensación!
Subimos hasta Guadalupe: descanso, avituallamiento, nueva propuesta y cambio de ruta. Nos dividimos: unos al faro, otros, carretera hasta Justiz; otros, los más valientes y endureros, por pista complicada. Nos volvemos a ver las caras en el barco hundido donde aprovechamos la maravillosa estampa para inmortalizar ese momentazo con unas instantáneas.
Continuamos por el camino de costa, bello a la par que complicado. Nos enfrentamos a dos pasos malos que resultan menos dificultosos por ser de bajada. Llegamos a un cruce que tomamos a la derecha: subida por pista más o menos cómoda que acaba en cemento en el parque de Guadalupe.
Hacemos el camino de vuelta por la pista del cortafuegos que disfrutamos doblemente por esa alfombra de piedras que nos hace botar. Nueva intersección y nueva disyuntiva: ¿bajamos o subimos? Nadie quiere subir. Nos volvemos a separar, unos por lo civilizado, otros por senderos embarrados, al punto del bloqueo de rueda delantera, pero bien. Llegamos a Lezo y reponemos sales en el Dani de Pasajes. Esta vez con tiempo. Cambio de impresiones y a casa.
No averías; incidentes, varios sin importancia.
Saludos Sparrow" con inteligencia artificial.
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