Crónica de la etapa del domingo, 1 de Marzo

Tal y como estaba previsto, tomamos el tranvía de las 8:52 a Irún. Cuando bajamos en la estación de la ciudad fronteriza, contamos unos treinta Txalupas que nos habíamos animado a realizar la etapa del día (por lo menos hubo otros cuatro que se quedaron en Donosti para hacer otra ruta). Los termómetros marcaban 9 grados, y aunque parecía que podía caer algo de lluvia, tuvimos una mañana sin ninguna precipitación de agua.
Por carretera nos llegamos hasta el puerto de Hondarribia desde donde comenzamos la subida que nos lleva hasta el faro de Higer y el camping que se encuentra junto a él.Continuamos por un sendero de arena en una zona poblada por pino marítimo, con sus sube y baja, y el mar siempre a la derecha. Al llegar a una bifurcación abandonamos la pista principal para tomar el camino que desciende por la derecha. Nos lleva hasta la espectacular cala "El molino", convertida en un lugar excelente para bañistas. Recibe ese nombre por la ubicación del antiguo Molino de Artzu, al pie de la regata de Argibel.
Nos acercamos hasta el lugar donde ocurrió, ahora hace casi un año, el incidente del 'Maro', el buque que encalló en la costa del monte Jaizkibel y posteriormente acabó partiéndose en tres partes. Hoy en día ya no queda ningún resto del naufragio.
Depués de admirar estas y otras preciosas maravillas de la natulareza,continuamos la ruta por las cercanías de los acantilados hasta que topamos con una dura subida de arena que continúa en otra de cemento. Pasamos junto al merendero Justiz y las obras de la escuela de golf que se está construyendo en estos parajes. Poco más adelante, aparecemos en la carretera Lezo-Hondarribia, que nos lleva en un pis-pas hasta el santuario de Guadalupe, que data del siglo XV.
Descansito, disfrutando de las vistas de la bahía de Txingudi. Y reanudamos la marcha. En un primer momento todos en la misma dirección, por el cortafuegos de arriba. Pero al llegar al cruce tras el paso canadiense, el equipo A continúa la ruta que les llevará, supongo, por los torreones a la otra ladera del monte para de allí bajar a San Juan. Y los del equipo Z bajamos hacia la carrera Gaintxurizketa-Lezo.
Y ya sabéis lo que pasa cuando llegamos, al final de una etapa, a una carretera: los llaneadores ponen el turbo y el que pueda que aguante. Y el que no, que se enganche en el vagón de cola.
A buen ritmo, pues, llego a casa a las doce y diez con 42 kilómetros en las piernas (muchos de ellos exigentes), sobre todo en la primera parte de la etapa.
Y de pintxos ¿qué? Nos hemos acercado al hipódromo lasartearra, a los restaurantes Zaldúa y Dana-Ona, para atiborrarnos de tortilla de patatas y de txorizo cocido (sidra y txakoli, como de costumbre).