Crónicas y fotos del domingo 1 de Septiembre

De Gros salimos 21 txalupas por carretera a Loiola, Martutene y luego a Ergobia, al sitio donde hacemos la paradita habitual. Por Oialume y la subida dura que viene a continuación (Martindegi) nos vamos como si fuéramos a subir a Santiagomendi. Pero después de pasar la granja de conejos, dejamos esta subida y bajamos hasta toparnos con la erreka Epele, a la altura del polígono de los ascensores.

Cogemos la entrada de la izquierda hacia Landarbaso. Y al cabo de un rato de subir, después del caserío Landarbaso, nos metemos en una antigua urbanización, curiosa, misteriosa, fantasmagórica... Fuentes antiguas, asfalto comido por la vegetación (exuberantes hortensias, que se han comido el ancho del camino dejando sólo un senderito estrecho). Con un embalse plagadito de ranas. Merece la pena ir, si bien ponen alguna traba remarcando la propiedad privada de donde transitamos.

Y en una de estas se me rompe la cadena. Cruzamos la valla que impide el paso a la urbanización y el equipo técnico se pone el mono de trabajo (y los guantes de cirujano).

 Mi cadena rota en manos de Alfonsito

Gracias al buen hacer sobre todo de Alfonsito, Ibon y Karolo la cadena ha quedado arreglada, así que seguimos. Salimos de este entorno a la carretera de Listorreta. Subimos a Susperregi y seguido a Malmazar. Hemos perdido unidades por el camino y en el collado nos encontramos sólo nueve. Subimos un poco más por el monte Aldura hasta alcanzar la cota máxima del día: 478 m sobre el nivel del mar y comenzamos el descenso.

No queremos ir a Sorondo, así que nos torcemos en el primer cruce a izquierdas, pasamos junto al cortafuegos y bajamos por la pista que ya la hemos subido tres veces en el último año y trascurre por la ladera que está frente a Sorondo y frente a la ermita Ozenzio.

Tras un final por la pista hormigonada aparecemos en el camino que va al Pavo que Pika y seguimos hasta la rotonda junto al restaurante Zuberoa. Hay un pinchazo de Asier. Dos se quedan a acompañarle y los demás seguimos, que es tarde. Me llevan a velocidades casi supersónicas, que si no es por los empujones de Jesusmari me quedo descolgado.

Y llego a casa a las 12:55. Me espera la  bronca de la cuadrilla por el retraso. Pero, tras la reconfortante ducha, nos vamos a tomar el aperitivo. Bien merecido lo tengo, pues nos hemos pegado una etapa de más de 45 km que ha resultado preciosa, con buen tiempo y por unos caminos que no son muy habituales en nuestras rutas (que era lo que quería yo al preparar esta etapa)

Día de regatas y día para dejarnos llevar una vez más por caminos y senderos en las inmediaciones del pantano de Ibardin, conducidos por Salva.

15 txalupas han tomado el tren hacia las cercanas tierras de Iparralde.

Una vez hemos atravesado el pueblecito de Biriatou, bonito frontón y placita de la iglesia, iniciamos la primera ascensión a la derecha por una rampa de tierra que nos ha puesto a tono de golpe.

Poco más adelante la primera incidencia mecánica con rotura de la patilla en la máquina del capitán Sparrow.

Pistas y senderos nos llevan hasta el pantano y las ventas de Ibardin; mucha vegetación y piedra suelta.

En algún cruce debemos modificar nuestra ruta por encontrarnos con batidas de cazadores.

Aun sufriremos alguna que otra incidencia mecánica, y damos asistencia a un txirrindulari de Irún que alguna vez ha salido con nosotros.

Ya de vuelta la mitad del grupo corre a coger el tren y la otra mitad buscamos un sendero hacia Biriatou para completar la etapa.

Estas etapas que nos regala el Capitan Araña nunca defraudan,  siempre que quieras te seguiremos !!

I. Mazpule