Pues eso, ese 19 de enero, Antonio se perdió en un cruce por una mala indicación recibida en el walki. Iba con cambio electrónico (menos mal que justo unos minutos antes del suceso, alguien le comentó cómo hacer con el cambio si, por casualidad, un día se quedaba tirado porque al mando se le hubiera acabado la pila). Pues casualidad, en ese día, y en ese momento en el que se perdió, se le agotó la pila del mando, y pudo avanzar gracias a aquella indicación recibida. Una txalupa muy astuta puso en su móvil la “ubicación en tiempo real”, a la vez que también lo hizo Antonio, y le fue dirigiendo hábilmente hacia el resto del grupo. Y una vez agrupados todos, cambiamos la pila gracias a que alguien llevaba pila 2032 de recambio.
Pues después de esta parrafada, que quedó sin aclararse en aquella crónica y que, por fin, se da por concluida, llegamos a la caseta de Urdaburu, donde almorzamos. Un txalupa nos deja en este punto, y enlazamos aquí varios tramos que solemos hacer en sentido inverso.
Muy chulo estaba el bosque encantado, con varios tramos de dificultad en los que había que hacer empujen-bike.
Caballos, donde han pasado las excavadoras y ya no hay ese resalte de piedras que casi nadie podía subir (sólo los eléctricos). Akola, núcleos helados, y bajamos a Hernani. Y en el Mikel 2 reponemos sales, y algunos unos pinchos hermosos, y ya para casa.
Sin incidentes ni averías, ni lluvia. “Dabuti”
Nota: si se me olvida algo, podéis hacer un “anexo”