Espacio para las crónicas del 29 de Julio

Reunión generalizada hoy en el punto de encuentro. Casi 40 txalupas nos hemos dado cita a las 8:30 de la mañana para disfrutar de un buen día para ciclar por el monte: 18 ºC de temperatura a esa hora, ausencia de lluvia y suave brisa del norte.

El equipo A decide ir al tren para llegar hasta Andoain y desde allí emprender la especial que han pensado para hoy. El resto, 20 txalupines, comenzamos la ruta que figuraba en el libro de rutas.

En amigable charleta recorremos la orilla del Urumea, Loiola, hípica y paramos como siempre en Ergobia. No está Enrique = no hay chiste. Seguimos. Hernani, barrio Portu, bidegorri y a Urnieta.
Desde lo que antes se llamaba Moulinex vamos por el almacén de maderas de Lasa y Lecumberri en el alto de Irurain hacia la planta de hormigón de Calcinor.

Nos espera primero una subida con el firme liso y luego otro tramo de pista de tierra, piedras y barro, un tanto descarnada por las últimas lluvias. Este camino nos lleva hasta la ermita del Santo Cristo de Azkorte, a donde no habíamos vuelto desde el pasado 22 de Enero, día de los polvorones. Y por esta ruta en concreto..., ni me acuerdo cuando fue la última vez que vinimos como grupo.

A la voz de: "¡Foto sin los cascos!" dejamos los pelos y las calvas al viento y un voluntario que allí se encontraba nos inmortalizó para la posteridad en esta curiosa instantánea.

Todos menos dos, que tornan a casa, bordemos el monte Buruntza por la pista que esperamos nos conduzca a la villas que se encuentran en el barrio de Oria. Pero una vez más, y van unas cuantas, nos confundimos de camino en algún cruce y aparecemos en la Nacional I, a más de un kilómetro por autovía de donde teníamos que bajar.

Rodeamos el hipódromo y nos llegamos a Zubieta. Aquí, como no podía ser menos, cambiamos de ruta. No vamos hasta San Esteban (sí lo hace aita Manolo, el chabal) sino que por el puente "romano" y luego atravesando la carretera de Usurbil, emprendemos la subida hacia el túnel bajo la Autopista del Cantábrico, en las cercanías de Arratzain.
En un rápido descenso, pasamos por el charco de la ranita meridional y llegamos a Igara. Sólo nos queda el túnel de Morlans para llegar a Amara, a pocos metros de la puerta de mi casa.
Y colorín, colorado..., sin más incidencias que relatar, la crónica he terminado.

¡Ahhhh! No os olvidéis que el martes es fiesta..., y grande ("Iñazio gure Patroi aundia, Jesusen konpainia, fundatu..."). Así que habrá salida. ¡Nos vemos a las 8:30 donde siempre...!