domingo, 8 de febrero de 2009

Crónica de la etapa del domingo, 8 de Febrero

Día propicio para estar en casa, bien calentito y dar buena cuenta de un buen libro o de una buena película. Porque el frío (7º C), la lluvia y el viento invitaban lo justo a salir a la calle a las 8:30 de la mañana. Y menos a dar una vueltecita en bici por las montañas próximas a Donostia.
¿Porqué, entonces, nos citamos nada mas y nada menos que veinticinco (25, si..., has leído bien) bykers del Txalupa en el punto habitual de encuentro en la avenida de Navarra?
Porque nos lo pasamos "pipa" en estas salidas de las mañanas de los domingos. ¿No nos entiendes? Vente un día, sal con nosotros y verás el ambiente de un gran, grandísimo grupo, que disfruta de estas mañaneras.

¡Ah!, ¿y la crónica de la etapa, qué?
La etapa de hoy era llana y cómoda hasta el puente junto al restaurante Fagollaga,

donde paramos a arreglar una avería, y seguimos por carretera hasta el otro puente sobre el Urumea, llamado el de los okupas.

Y aquí comienza la subida del día: no hay mucho barro (pero lo hay), no tiene mucha pendiente (pero hay tramos durillos), es un poquito larga (aunque con descansitos). Y para colmo de males, nos encontramos con una zona en la que ha habido un corrimiento de tierra con caída de árboles, que hay que pasar como buenamente Dios nos da a entender.
En la foto vemos al gran jefe, Enrique, (al cual Dios nos lo guarde muchos años) atravesando con su proverbial habilidad el citado tramo.

De aquí nos llegamos al collado del Onyi donde los grupos A y Z se separan. En equipo A sigue la ruta marcada en el rutómetro y sube hasta el cementerio milenario


y el equipo Z opta por retornar temprano a casa y desciende por Besabi - Xoxoka hasta la gasolinera del barrio Karabel, donde dimos un buen lavado a las bicis.
En el descenso, Enrique da una nueva muestra de su jefatura y se queda con el mas necesitado. En este caso es Fano (con problemas en la cadena) el que cuenta con la inestimable compañia de nuestro lider, al que no le importa llegar mas tarde que los demás y perderse un posible pintxito: ¡Todo sea por los compañeros...!
Llegamos a casa temprano para lo que es habitual, y me da tiempo a prepararme tranquilamente para salir con los compis a tomar el aperitivo. Fuimos al acogedor barrio de Intxaurrondo y degustamos un pintxo de montadito de calabacín, con jamón y queso (¡hummmmm... qué rico!), y otro de brocheta de langostinos, con unos vasitos de sidra como acompañamiento.

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