De salida, con 11-12º de temperatura (que luego ha ido subiendo hasta los 25º, y siempre con el cielo despejado), hemos tomado ruta hacia Hernani un pelotón de 20 unidades. Hemos abandonado Donostia por Duque de Mandas y Calle Egia. Luego Loyola, Martutene y Astigarraga (como siempre) hasta llegar al puente sobre el Urumea a la altura del barrio Karabel. En vez de seguir por la carretera de las sidrerías, por la margen izquierda del río, hemos pasado a la margen derecha y atravesando los polígonos industriales Zikuñaga, Eziago e Ibarluze, en Lastaola hemos retomado la ruta por la que circulamos por esta zona en otras ocasiones, para llegar al puente frente al restaurante Fagollaga.Tras el reagrupamiento, y una vez que los "ladrones" de herramientas nos hayan alcanzado, continuamos hacia Ereñozu. Y aquí Enrique ha tenido la "ocurrencia" de tomar el camino menos habitual y mas duro (estos abuelitos...!!!). La gente se ha despojado de la ropa que podía dar calor, presagio de lo que nos esperaba.Hemos cogido el camino de la izquierda, que, según el citado Enrique, hubo que sujetar con clavos mientras fraguaba el cemento. Y la verdad que la cuestecita se las trae: una pendiente de mil pares de demonios. Y cuando crees que en la siguiente revuelta te espera un descansillo..., pues no, otra nueva "subidita" no menos dura que la anterior. Así que no toca mas que sufrir, bajar de la bici cuando ya no puedes mas, y acordarte de la familia de Enrique (a la que Dios guarde muchos años).
En una de estas, Mauri se ha ido al suelo, levantándose con muestras de dolor, aunque parece ser que la cosa no ha ido a mas. Ha estado auxiliado en todo momento por Manolo, el huevero.Mas adelante, la pista sigue su camino hacia arriba, pero se suaviza. Deja de ser de cemento para ser de tierra y piedras y es mucho mas ciclable que el tramo anterior. Pedaleamos por paisajes ya de por si preciosos, y con el buen día y el sol, son, si cabe, mas hermosos.Nos topamos con alguna zona en la que se ha concentrado una buena cantidad de agua y barro, y tenemos algunas dificultades para atravesar el obstáculo.Y así, pian pianito (era la frase con que nuestros abuelos expresaban aquella recomendación que significaba hacer con medida, caminar con calma, dar a la vida la oportunidad de vivirla paso a paso, pero con firmeza) hemos llegado hasta el collado Bidekurutzeta, cerca del picadero de caballos.
Unos cuantos han tomado la decisión de volver hacia casa, pasando por las cuevas de Landarbaso, Listorreta, Perurena,...
El resto, continuamos por el costado del caserío. Nueva subida dura (así que toca bajarse de la burra) y nos llegamos hasta cerca de Urdaburu, por una pista que no pasa por Malmazar.Tomamos el descenso hacia la cervecera a donde llegamos con el único problema de una vacas con sus terneros que no había forma de adelantarlas (no estaba con nosotros ni el Litri, ni José Tomás...) De aquí, carretera hacia Hernani y a casa, que se hace tarde. Llego a las doce y media, después de casi cincuenta kilómetros, tras completar un día precioso de bici y de montaña. Y a preparar la comida, que ha venido a pasar el finde mi hijo mayor con su esposa, la madre de mi futuro nieto (ya se le nota la tripita: ¿Será niño? ¿Será niña?).
En una de estas, Mauri se ha ido al suelo, levantándose con muestras de dolor, aunque parece ser que la cosa no ha ido a mas. Ha estado auxiliado en todo momento por Manolo, el huevero.Mas adelante, la pista sigue su camino hacia arriba, pero se suaviza. Deja de ser de cemento para ser de tierra y piedras y es mucho mas ciclable que el tramo anterior. Pedaleamos por paisajes ya de por si preciosos, y con el buen día y el sol, son, si cabe, mas hermosos.Nos topamos con alguna zona en la que se ha concentrado una buena cantidad de agua y barro, y tenemos algunas dificultades para atravesar el obstáculo.Y así, pian pianito (era la frase con que nuestros abuelos expresaban aquella recomendación que significaba hacer con medida, caminar con calma, dar a la vida la oportunidad de vivirla paso a paso, pero con firmeza) hemos llegado hasta el collado Bidekurutzeta, cerca del picadero de caballos.
Unos cuantos han tomado la decisión de volver hacia casa, pasando por las cuevas de Landarbaso, Listorreta, Perurena,...
El resto, continuamos por el costado del caserío. Nueva subida dura (así que toca bajarse de la burra) y nos llegamos hasta cerca de Urdaburu, por una pista que no pasa por Malmazar.Tomamos el descenso hacia la cervecera a donde llegamos con el único problema de una vacas con sus terneros que no había forma de adelantarlas (no estaba con nosotros ni el Litri, ni José Tomás...) De aquí, carretera hacia Hernani y a casa, que se hace tarde. Llego a las doce y media, después de casi cincuenta kilómetros, tras completar un día precioso de bici y de montaña. Y a preparar la comida, que ha venido a pasar el finde mi hijo mayor con su esposa, la madre de mi futuro nieto (ya se le nota la tripita: ¿Será niño? ¿Será niña?).
Yosu: fisura en el codo
Fano: operado del oido
Iñaki (pollero): empieza a trabajar
Firmado: el equipo médico habitual
Casi Iñako, que se podría poner un apartado como en los equipos de futbol llamado. "LA ENFERMERÍA". Esto empieza a parecerse a "Nuestra Señora de Arantzazu".JAJAJA!
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